Las venas aseguran el retorno de la sangre hacia el corazón y los pulmones. Cuando se está mucho tiempo de pie, se produce una dilatación de las venas. Las venas sanas tienen una pared suficientemente fuerte para resistir esa presión y continuar sanas. Por el contrario, las venas varicosas se dilatan y no vuelven a su estado natural, deformándose cada vez más hasta convertirse en varices.
Está enfermedad tiene un componente genético de un 95%. Es decir, prácticamente todos los casos son debidos a que el paciente nace con esta enfermedad.